martes, 31 de agosto de 2010

OPTIMISMO RENTABLE



Martin Seligman, de la universidad de Pennsylvania, realizó más de 350.000 entrevistas a hombres y mujeres en un período de veinte años para averiguar lo que las personas piensan la mayor parte del tiempo y descubrió una relación directa entre el optimismo y la gente exitosa.

El nivel de optimismo es el mejor indicador para saber cuan feliz, saludable, rica y longeva será una persona. Cuanto más optimista y positiva sea, más energía y entusiasmo tendrá e incluso un sistema inmune más resistente.

¿Y qué hace falta para pensar como un ganador? ¿Qué hace falta para desarrollar una mentalidad más optimista?

Al igual que nos entrenamos físicamente, debemos entrenarnos mentalmente, de manera que aprendamos a responder automáticamente de manera positiva y constructiva a cualquier cosa que nos suceda.

Brian Tracy propone un programa de 7 puntos, que son más bien 7 actitudes que debemos cultivar para ser una persona más positiva, confiada y optimista.

Este debe ser tu entrenamiento diario:

1-Oriéntate hacia el futuro.

Piensa en el futuro la mayor parte del tiempo, piensa más en dónde vas a ir que en dónde has estado, en lo que es posible en los meses y años por venir que en el pasado, que no se puede cambiar. La persona orientada al futuro tiene muy claro cómo quiere que sea su vida dentro de cinco o diez años. Te puede decir lo que quiere y lo que está haciendo al respecto. Te puede explicar hacia dónde se dirige y por qué quiere llegar ahí. Nada hay más poderoso que la claridad.

2-Piensa en tus objetivos.

La visión hacia el futuro se ocupa de tu visión a largo plazo; la orientación al objetivo es más precisa. Concretas tu visión y la conviertes en acciones medibles, específicas y tangibles que puedes ejecutar siguiendo un plan de acción a corto, medio y largo plazo.

3-Comprométete con la excelencia.

La gente exitosa suele ser muy buena en lo que hace. Nuestra vida cambia cuando somos excelentes en lo que hacemos, aumenta nuestra autoestima y nos sentimos magníficamente. La pregunta clave que nos tenemos que hacer es: “¿Qué habilidad concreta, si la desarrollo y la llevo hasta la excelencia, me ayudará más en meta personal o profesional?”

4-Céntrate en los resultados.

Nada importa si finalmente no conseguimos los resultados que buscamos. Para mejorar tu productividad y rendimiento debes orientarte hacia los resultados. Para ello, pueden serte útiles las siguientes preguntas si te las formulas regularmente, cada día, incluso cada hora:

-¿Cuáles son mis actividades de mayor valor?

-¿Cuáles son mis áreas de resultados clave? Los resultados que absoluta y positivamente he de conseguir.

-¿Qué puedo hacer yo y solamente yo, que, de hacerlo bien, marcará una verdadera diferencia en esta actividad?

-¿Cuál es el uso más valioso de mi tiempo?

5-Concéntrate en las soluciones.

Piensa la mayor parte del tiempo en la solución del problema; piensa en lo que puedes hacer y cómo puede resolverse en lugar de centrarte en el hecho de que ha sucedido y quién es el culpable. La vida es una continua sucesión de problemas; nunca terminan, son como las olas del mar. Mejor que tratar de evitarlos o negarlos será el entrenarte para ser experto en la resolución de (tus) problemas. Cada vez que algo salga mal, pregúntate: “¿Cuál es la solución?, ¿Qué podemos hacer?, ¿Cuál es el siguiente paso?, ¿Cómo limitar el daño?, ¿Cómo puedo evitar que se repita?”. Te ayudará a focalizarte sobre la solución y encontrarla.

6-Dedícate a aprender toda la vida.

Tu vida sólo mejora si tu mejoras. El crecimiento tiene que ser continuo. Tú eres tu recurso más valioso. Aprender y practicar nuevas ideas, nuevas técnicas, métodos, estrategias, etc. con la finalidad de acceder y desarrollar nuestra capacidad mental más allá de lo que hacemos habitualmente. Invierte un 3% de tus ingresos en ti mismo durante el resto de tu vida y verás hasta qué punto optimizas tus capacidades. Lee libros, escucha conferencias, asiste a cursos y seminarios, etc.

7-Hazlo ahora.

Oriéntate a la acción en tu trabajo y en tu vida personal. Supera las indecisiones y empieza de inmediato en tus tareas clave.

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miércoles, 11 de agosto de 2010

Zona de Confort: sal y alcanza tus sueños

Cuantas veces nos quejamos, “No tengo tiempo para esto…” “Si pudiera hacer aquello…” “Si tan sólo yo tuviera…”, etc. Pudiéramos hacer una lista para enumerar las veces que deseamos tener algo y simplemente no lo tenemos.

La pregunta sería: ¿Realmente lo quieres? Porque hay una gran diferencia entre querer y REALMENTE DESEAR.
A veces nos gustaría estar en la playa gozando de unas “merecidas vacaciones”, pero después de un suspiro, continuamos inmersas en nuestras actividades ya sea con resignación o por inercia.

Si REALMENTE quisiéramos irnos de vacaciones y fuera algo verdaderamente importante en nuestras vidas, haríamos “circo, maroma y teatro” para irnos de vacaciones; y aquellas situaciones que se interpusieran en nuestros planes, serían solucionadas, por ejemplo: si no hay dinero…

nos ajustamos
lo conseguimos
ahorramos
trabajamos extra para obtenerlo…
…pero “eso” no sería impedimento. Con el tiempo pasaría lo mismo, buscaríamos la forma de encontrar por lo menos un fin de semana para salir a nuestro anhelado viaje…

Lo mismo nos pasa en la vida, a veces decimos querer cambiar nuestra situación, que “ya no aguantamos tal o cual cosa”, sin embargo no hacemos nada para que el cambio suceda. Ya sea por miedo a perder lo que “tenemos”; Por miedo a enfrentarnos a algo que desconocemos o por no saber que nos espera. Y en muchas ocasiones es por “comodidad”; sea cual sea el motivo, la única verdad es que no HACEMOS NADA para cambiar aquello que no nos gusta.

Decía un hombre sabio: “No puedes esperar resultados diferentes, si continuas haciendo lo mismo todo el tiempo”

Es mas fácil quedarnos como estamos, en esa “zona de confort” que tal vez no sea muy confortable, pero es lo que conocemos. Nos quedamos sin hacer algo diferente, ya sea en nuestra actitud, hábitos, buscar nuevas oportunidades, hacer un pequeño esfuerzo extra, etc para salir de donde estamos.

Dicen aquellos que han triunfado, que vale la pena “pagar el precio”. Todo cambio, nos lleva a aprender algo, y si estamos dispuestos a aprender, a cambiar nuestra visión de la vida, a mejorar nuestra actitud para dejar atrás los miedos o la zona de confort, la recompensa será enorme.

No solo para ti, también para tu familia, principalmente para tus hijos pues ellos aprenden de lo que ven en ti; tu manera de actuar, de pensar, de ver la vida… eso es una enorme responsabilidad, es una herencia que aprenden día con día, estés conciente o no de aquello qué les enseñas.

Piensa realmente qué quieres lograr en la vida, como desearías vivir, con quien te gustaría estar, de qué manera te gustaría despedirte de la vida cuando el tiempo de ver hacia atrás para hacer un recuento de tus logros y lecciones llegue.

El tiempo pasa como sea y no regresa. ¿Cómo vives tu tiempo? Siembras algo positivo a tu paso para dejar huella en tu vida, o simplemente dejas pasar el tiempo en una “zona de confort” donde no te esfuerzas por hacer algo realmente trascendente para ti y tu familia?

Nadie puede decirte si estas bien o no… Solamente tú sabes qué es lo que necesitas internamente. Lo único que si te puedo decir es que la única persona que puede decidir hacer algo para mejorar tu vida eres TU MISMO.

No existe situación, persona o limitante que pueda detenerte cuando realmente decides cambiar para superarte, para alcanzar una meta o hacer realidad tu Sueños.

¿Qué es lo que deseas para ti mismo? Vivir como una persona de éxito o seguir en una zona de confort…


Estas muy cómodo en tu zona de confort?...., no dudes en educarte y asiste a los seminarios que pueden cambiar tu realidad financiera